Andrea y Gonzalo celebraron su boda un sábado de esos que se sienten intensos y llenos de energía buena.

El día comenzó en la iglesia de Mallén, con una ceremonia religiosa. Nada de artificios. Solo miradas cruzadas, nervios que asoman sin disimulo y un “sí” que se notó en la voz. Andrea entró con un vestido diseñado por Amaia Artieda Atelier. Gonzalo, con traje de César Moda, sonreía más que hablaba.

Después, la celebración se trasladó a la finca La Ínsula Barataria, un espacio con personalidad que encajaba perfectamente con el aire relajado pero cuidado de toda la boda. Allí, entre flores frescas de Victoriano Huerta Floristasy conversaciones al sol, la tarde fue tomando forma. Y cuando el grupo Anclados Music empezó a tocar, la fiesta despegó. Invitados que se dejaron llevar, canciones coreadas sin vergüenza, y novios bailando como si no existiera mañana.

Nosotras, desde Mala Moderna, acompañamos con cámara en mano, y también con los ojos bien abiertos, para no perdernos ni un gesto, ni un cruce de miradas, ni una carcajada de esas que suenan auténticas. El vídeo lo firmó el equipo de Obtura Bodas, con quienes fue un placer compartir el día.